Un crimen que conmocionó a la capital colombiana se registró el lunes pasado cuando un sicario ingresó a un establecimiento comercial ubicado estratégicamente frente a las oficinas de la Fiscalía General de Colombia. El perpetrador ejecutó a Carlos Yorelmy Duarte Díaz con cuatro disparos antes de escapar sin dejar rastros. La víctima, de 52 años, había permanecido durante años en la mira de las autoridades argentinas por su participación en una compleja red de narcotráfico y lavado de dinero.
El homicidio ocurrió precisamente en el barrio Teusaquillo, en el Capital Towers Centro Empresarial de Bogotá, mientras Duarte Díaz almorzaba acompañado de dos mujeres. Las autoridades colombianas manejan como principal hipótesis un ajuste de cuentas vinculado a organizaciones criminales. Este tipo de ejecuciones se ha vuelto frecuente en diferentes sectores de la capital, como documenta el análisis sobre el nuevo sicariato en Bogotá y por qué asesinan cerca de CAI en el sur.
La operación Narcoarroz y el imperio financiero criminal
Duarte Díaz había construido durante años una sofisticada red de empresas en Argentina para blanquear millones de pesos provenientes del narcotráfico. Su principal vehículo fue International Trade and Commerce (ITC) SA, constituida en 2011 junto al abogado Guillermo Heisinger, exsubsecretario del Ministerio del Interior durante la administración de Carlos Menem. Esta empresa administró un patrimonio millonario entre 2011 y 2015, con estados contables impecables auditados por un contador matriculado.
El colombiano también presidía Agro Beef SA y participaba como socio en Hard Business SA. Sus oficinas estaban ubicadas en Viamonte 611, séptimo piso, en pleno microcentro porteño, mientras residía en el exclusivo complejo Los Sauces de Nordelta. Para operar con total libertad, había obtenido irregularmente el DNI argentino número 94.302.381, llegando al país en 2010 durante la expansión del Cartel del Norte del Valle hacia el sur del continente.
La estrategia de Duarte Díaz consistía en infiltrarse en sectores legales que atravesaran crisis o necesitaran inversión. Sus blancos preferidos incluían :
- Clubes de fútbol en bancarrota
- Servicios funerarios en municipios pobres
- Infraestructura portuaria
- Empresas agroindustriales
Inversiones criminales en el fútbol y servicios municipales
Una de las operaciones más llamativas fue el acuerdo firmado por ITC con el club El Porvenir de Gerli en febrero de 2015. La empresa aportaría 2.160.000 pesos en cuotas mensuales de 80.000 pesos a cambio del 70% de los derechos económicos de todos los jugadores. El negocio carecía de sentido deportivo, ya que El Porvenir jugaba en la categoría D del fútbol argentino sin posibilidades de ascenso, pero funcionaba perfectamente como vehículo para lavar dinero.
Las escuchas telefónicas revelaron intentos similares con Rosario Central. En una conversación del 12 de septiembre de 2014, Aldo Roque Corizzo consultaba sobre la llegada de Duarte para “el tema de Central”, mientras mencionaba otros proyectos : “Primero firmó el crematorio y el puerto firma la semana que viene”.
El proyecto del crematorio representa una de las maniobras más oscuras de toda la investigación. En 2013, Duarte Díaz, Heisinger y Corizzo intentaron construir un crematorio en el cementerio municipal San Lorenzo de Villa Gobernador Gálvez, invirtiendo 2.000.000 de pesos a través de la mutual Provincias Unidas. El presidente del Concejo Deliberante, Diego Garavano, urgió la aprobación diciendo : “Pidan lo que quieran, pero esto tiene que aprobarse hoy”.
El desmantelamiento de la red y las condenas
El 16 de septiembre de 2015, efectivos de Gendarmería allanaron el depósito fiscal Binder en Rosario con información precisa de la DEA. Descubrieron 40 toneladas de arroz impregnado con cocaína de máxima pureza, listas para ser despachadas hacia Guinea-Bissau bajo el programa humanitario de la ONU. Desde África, la droga se redistribuiría hacia Europa.
La operación había funcionado durante años como parte de una sofisticada red internacional. Los expedientes judiciales ubican a Duarte Díaz en el “primer estamento” de la organización, junto a los hermanos Erman y Williams Triana Peña y Carlos Olmedo Silva Cárdenas, alias “El Mono”. Mientras los Triana Peña eran los jefes visibles, Duarte Díaz operaba desde las sombras moviendo los hilos financieros.
| Acusado | Status actual | Condena/Situación |
|---|---|---|
| Williams Triana Peña | Capturado y condenado | 7 años de prisión (2021) |
| Carlos Yorelmy Duarte Díaz | Ejecutado | Asesinado en Bogotá (2025) |
| Erman Triana Peña | Prófugo | Buscado internacionalmente |
| Carlos Olmedo Silva Cárdenas | Prófugo | Paradero desconocido |
Vínculos con organizaciones criminales y el final violento
El Tribunal Oral Federal (TOF) N°5 porteño condenó a 12 sospechosos y absolvió a cuatro personas, incluyendo a Heisinger. Las penas oscilaron entre diez años y tres años y seis meses de cárcel. Williams Triana Peña fue capturado en agosto de 2016 en Colombia, extraditado a Argentina y condenado a siete años de prisión en 2021.
Durante casi siete años, Duarte Díaz permaneció prófugo de la justicia argentina. Sin embargo, cuando la causa ya estaba elevada a juicio, su defensa se presentó en los tribunales argentinos y, tras depositar la caución fijada, “quedó a derecho” según fuentes judiciales.
Las hipótesis sobre su asesinato apuntan a un ajuste de cuentas vinculado al Clan Úsuga, una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia, heredera de las Autodefensas Unidas de Colombia y del Cartel del Norte del Valle. Su muerte frente a una fiscalía ilustra la audacia y el poder de fuego de estos grupos criminales, que no dudan en ejecutar a sus objetivos en zonas altamente vigiladas.
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