Dos grupos armados sumergen a Colombia en una guerra forzada sobre la población

Dos grupos armados sumergen a Colombia en una guerra forzada sobre la población

En el corazón de Colombia, una crisis humanitaria sin precedentes se ha desatado, sumergiendo a la población en una guerra forzada entre dos grupos armados. La región del Catatumbo, ubicada en el noreste del país, se ha convertido en el escenario de un conflicto que ha dejado a miles de civiles atrapados en el fuego cruzado, generando un drama silencioso entre las fuerzas del ELN y las disidencias de las FARC. Este enfrentamiento ha provocado un éxodo masivo, desplazando a mÔs de 50.000 personas y cobrando decenas de vidas inocentes.

El resurgimiento del conflicto en el Catatumbo

El 16 de enero de 2025 marcó el inicio de una nueva era de violencia en el Catatumbo. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33, compuesto por disidentes de las FARC, rompieron una tensa coexistencia, desatando una ola de hostilidades que ha sacudido la región. Este conflicto no solo ha revivido viejas heridas, sino que ha creado nuevas cicatrices en una zona ya golpeada por décadas de violencia.

La magnitud de la crisis se refleja en las cifras alarmantes:

  • MĆ”s de 50.000 personas desplazadas
  • Al menos 56 vĆ­ctimas confirmadas
  • 30.000 habitantes atrapados en zonas de combate
  • 43.000 hectĆ”reas de cultivos de coca en disputa

Estos nĆŗmeros representan el mayor movimiento de desplazados en Colombia en los Ćŗltimos 27 aƱos, segĆŗn Iris MarĆ­n, defensora del pueblo. La situación ha llevado al presidente Gustavo Petro a declarar el “estado de conmoción interior” por 90 dĆ­as, una medida de emergencia que busca contener la escalada de violencia.

Raíces del conflicto y consecuencias para la población

El origen de esta nueva ola de violencia se remonta a 2022, cuando el equilibrio de poder en la región comenzó a cambiar. El Frente 33, bajo un nuevo liderazgo, inició una expansión agresiva que el ELN percibió como una amenaza directa. Este desequilibrio, combinado con disputas sobre el control del narcotrÔfico y los recursos naturales, creó un caldo de cultivo para el conflicto actual.

Las consecuencias para la población civil han sido devastadoras:

  1. Familias enteras forzadas a huir de sus hogares
  2. Comunidades atrapadas entre los bandos en conflicto
  3. EconomĆ­a local paralizada por el miedo y la violencia
  4. Aumento de la desconfianza hacia las autoridades y entre vecinos

El testimonio de MarĆ­a, una residente que logró escapar de Convención hacia OcaƱa, ilustra el terror que viven los habitantes: “Un vecino nos advirtió que hombres del ELN habĆ­an dicho que al dĆ­a siguiente correrĆ­a sangre. Tuvimos que huir bajo las balas, con mi hijo de 8 aƱos“. Este relato es solo uno entre miles que reflejan la desesperación y el miedo que impregnan la vida cotidiana en el Catatumbo.

Impacto en la economƭa regional y el narcotrƔfico

El Catatumbo, rico en recursos naturales y estratégico para la producción de coca, se ha convertido en el epicentro de una lucha por el control del narcotrÔfico. Con el 39% de los cultivos de coca del país concentrados en esta región, el conflicto ha tenido un impacto significativo en la economía local y en las dinÔmicas del trÔfico de drogas.

La crisis del mercado de la coca en 2022 exacerbó las tensiones entre los grupos armados, llevando a una competencia feroz por el control de las rutas y los cultivos. Esta situación ha generado un aumento en los costos de vida para los habitantes, como lo ilustra el siguiente ejemplo:

Producto Precio normal Impuesto ELN Impuesto Frente 33 Precio final
Cerveza 5.000 pesos 3.000 pesos 3.000 pesos 11.000 pesos

Este ejemplo demuestra cómo la presencia de múltiples grupos armados ha inflado artificialmente los precios, afectando directamente la economía local y la calidad de vida de los residentes. La situación ha llevado a muchos jóvenes a verse atrapados en un ciclo de pobreza y violencia, sin oportunidades reales de educación o empleo fuera de las actividades ilícitas.

BĆŗsqueda de soluciones y llamados a la paz

Frente a la escalada de violencia, la sociedad civil y las organizaciones locales han alzado su voz en busca de soluciones pacíficas. La caravana por la paz, organizada entre Ocaña y El Tarra los días 3 y 4 de febrero, representa un claro ejemplo de la resistencia y la esperanza de la comunidad. Los participantes exigen un cese al fuego inmediato, la reanudación de las negociaciones de paz y la implementación del plan territorial para la transformación del Catatumbo.

El lĆ­der campesino Alberto Castillo ha hecho un llamado emotivo al gobierno colombiano, instĆ”ndolo a “hacer soƱar a la comunidad del Catatumbo con la construcción de la paz“. Sin embargo, la realización de este sueƱo parece distante en medio del conflicto actual. La suspensión de las negociaciones de paz con el ELN por parte del presidente Petro el 17 de enero ha aƱadido un nuevo obstĆ”culo a la resolución del conflicto.

Las organizaciones de la sociedad civil expresan su preocupación por las medidas de emergencia implementadas, temiendo una mayor militarización de la región y posibles violaciones de derechos humanos. Abogan por una salida social y política a la crisis, enfatizando la importancia de implementar el plan de inversión social prometido por el gobierno de Petro en 2022, que incluye la construcción de la Universidad Pública del Catatumbo como una alternativa real para la juventud local.

La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta crisis, reconociendo su potencial impacto en la estabilidad regional y en los esfuerzos globales contra el narcotrÔfico. La resolución de este conflicto no solo es crucial para la paz en Colombia, sino que también representa un desafío significativo para la política de seguridad y desarrollo en América Latina.

Juan PƩrez
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