Metro de Bogotá : los 5 mayores desafíos para extender la primera línea hasta la calle 100

Metro de Bogotá : los 5 mayores desafíos para extender la primera línea hasta la calle 100

La extensión de la primera línea del Metro de Bogotá hasta la calle 100 representa un avance significativo para la movilidad capitalina. Este proyecto, originalmente concebido para llegar hasta la calle 127 de manera subterránea, ha pasado por múltiples modificaciones hasta quedar establecido inicialmente hasta la calle 72. Sin embargo, la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC) ha propuesto extender este trazado hasta la calle 100, iniciativa que recientemente recibió luz verde del Comité de Asociaciones Público Privadas del Distrito para avanzar con los estudios de factibilidad.

Retos técnicos y de infraestructura en la extensión del metro

El proyecto de extensión contempla 3,25 kilómetros adicionales de metro elevado con tres nuevas estaciones: la estación 17 en la calle 82 (Virrey), la estación 18 en la intersección de la NQS con autopista Norte y calle 92, y la estación 19 en la calle 100 con autopista Norte. Sin embargo, los desafíos técnicos para implementar esta extensión son considerables y requerirán soluciones innovadoras.

Uno de los principales obstáculos es el paso por la intersección de la NQS con autopista Norte, a la altura del puente curvo de la calle 92. Este punto representa un verdadero “cuello de botella” que podría resolverse de dos maneras:

  • Ajustar el trazado del viaducto para evitar interferencias con la estructura existente
  • Demoler las estructuras actuales, siguiendo el modelo implementado en la intersección de la Primero de Mayo con avenida 68
  • Desarrollar un diseño que permita la coexistencia de ambas infraestructuras
  • Plantear alternativas de conexión intermodal eficientes

Otro desafío técnico se encuentra en la intersección de la troncal 68 de TransMilenio con la calle 100. Este punto crítico requiere una planificación detallada para integrar adecuadamente la estación en construcción de TransMilenio con el futuro trazado del metro. La coordinación entre estos dos sistemas de transporte masivo será fundamental para garantizar una movilidad fluida en este sector.

Además, los estudios de factibilidad deberán contemplar la integración con el Regiotram del Norte o Tren a Zipaquirá, proyecto que está pendiente de aprobación por el Ministerio de Transporte. La articulación entre los diversos proyectos de transporte que transformarán la movilidad en Bogotá representa un reto significativo para los planificadores urbanos.

Desafíos financieros y modelos de inversión

El aspecto financiero constituye otro de los grandes retos para la extensión del Metro de Bogotá. La propuesta, a nivel de prefactibilidad, tiene un valor total aproximado de 4,3 billones de pesos (a precios constantes de 2023), incluyendo Capex y Opex. El modelo de financiación y la distribución de aportes entre el sector privado y público determinarán la viabilidad del proyecto.

CHEC deberá plantear cómo piensa financiar la obra, considerando estas posibilidades:

  1. Asumir el costo total y recuperar la inversión a través de los ingresos por pasajes
  2. Establecer un esquema de financiación compartida con el Distrito
  3. Incorporar desarrollos inmobiliarios en el entorno de las estaciones como fuente adicional de ingresos
  4. Buscar mecanismos de financiación internacional con respaldo del gobierno chino

Según lo mencionado por Leonidas Narváez, gerente de la Empresa Metro de Bogotá, si la participación del Distrito supera el 30% del costo total, el proyecto se convertiría en una APP pública y no en una iniciativa privada. Esta distinción es crucial para determinar los mecanismos de financiación y los procedimientos administrativos aplicables.

Aspectos del proyecto Detalles
Extensión del trazado 3,25 kilómetros
Nuevas estaciones 3 (calle 82, NQS con calle 92, calle 100)
Inversión estimada 4,3 billones de pesos
Plazo de la APP 19 años y 6 meses

El cronograma y proceso de implementación

El plazo estimado para la APP sería de 19 años y 6 meses, distribuidos en diferentes fases: 18 meses de preconstrucción, 3 años de construcción, 14 años y 6 meses de operación y mantenimiento, y 6 meses de reversión a la Empresa Metro. Este extenso periodo refleja la complejidad y magnitud del proyecto, que requiere una planificación detallada y una ejecución rigurosa.

Tras recibir el concepto favorable para los estudios de prefactibilidad, CHEC dispone de seis meses para realizar los estudios de factibilidad. Solo entonces se tendrá mayor claridad sobre la viabilidad técnica, financiera y operativa de la extensión. El cumplimiento de este cronograma será determinante para mantener el impulso del proyecto y evitar retrasos que podrían afectar su implementación.

Si la propuesta supera satisfactoriamente esta fase, el siguiente paso será una convocatoria pública para permitir la participación de otros interesados. La ciudad podrá adjudicar la APP al originador (CHEC) o a otro proponente, dando inicio formal al proyecto de extensión hasta la calle 100.

Es importante destacar que el proyecto original de la primera línea del metro de Bogotá, contratado en 2019 por 22,3 billones de pesos, alcanzó un avance general del 50% en marzo de 2024. Esta línea, que se podrá recorrer en 27 minutos, comienza en el patio taller en Bosa y termina actualmente en la calle 72, con conexión a la troncal 68 en la avenida Primero de Mayo.

Beneficios y transformaciones para la movilidad capitalina

La extensión del Metro de Bogotá hasta la calle 100 generará beneficios significativos para la movilidad urbana. El aumento del volumen de pasajeros mejorará la rentabilidad del sistema y ampliará su impacto en la reducción de tiempos de desplazamiento para los habitantes del norte de la ciudad.

Con la incorporación de tres nuevas estaciones estratégicamente ubicadas, se consolidará un corredor de transporte masivo que integrará diferentes modos (Metro, TransMilenio y potencialmente el Regiotram), ofreciendo opciones de movilidad más eficientes y sostenibles para los ciudadanos.

Además, esta extensión permitirá una conexión adicional con la troncal 68 a la altura de la calle 100, complementando la interconexión ya prevista en la avenida Primero de Mayo. Esta red intermodal fortalecerá el sistema integrado de transporte público y contribuirá a reducir la dependencia del vehículo particular.

Los retos son muchos y complejos, pero el avance de este proyecto representa un paso decisivo hacia la modernización del transporte en la capital colombiana, mejorando la calidad de vida de millones de bogotanos.

María Gómez
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