Migrantes reciben $1.000 por “auto-expulsarse” de Estados Unidos a Honduras y Colombia

Migrantes reciben $1.000 por "auto-expulsarse" de Estados Unidos a Honduras y Colombia

El programa de “auto-expulsión” implementado por la administración Trump está generando controversia en Estados Unidos. Desde mayo de 2025, un grupo de 64 migrantes indocumentados han decidido acogerse voluntariamente a esta iniciativa que ofrece $1.000 como incentivo para regresar a sus países de origen. Este lunes 19 de mayo, un vuelo partió desde Houston transportando a estos migrantes hacia Honduras y Colombia, marcando un nuevo capítulo en la política migratoria estadounidense.

Programa de repatriación voluntaria: una nueva estrategia migratoria

La administración Trump ha puesto en marcha el denominado “Proyecto retorno al país”, una iniciativa que busca reducir la población migrante indocumentada en territorio estadounidense. Este programa permite a los migrantes sin documentos legales solicitar su propia deportación a cambio de una compensación económica de $1.000 y el pago del boleto de avión hacia sus naciones de origen.

El pasado lunes, un total de 64 migrantes indocumentados abordaron un vuelo desde Houston, Texas. De este grupo, 38 personas fueron trasladadas a Honduras, incluyendo 19 menores, mientras que los 26 restantes viajaron a Colombia. Esta medida representa una de las primeras implementaciones concretas de las promesas de campaña del presidente Trump, quien aseguró que llevaría a cabo “la mayor operación de expulsiones de la historia del país”.

La ministra del Interior, Kristi Noem, ha hecho un llamado a otros indocumentados para que se beneficien de este programa, advirtiendo: “Si están en este país ilegalmente, abandonen el país por voluntad propia ahora y mantengan la oportunidad de regresar eventualmente por la vía legal”. Esta retórica refleja la política de mano dura contra la inmigración irregular que caracteriza al actual gobierno estadounidense.

En Colombia, este programa coincide con un momento de agitación política, donde miles de ciudadanos han marchado en apoyo a las reformas sociales rechazadas del presidente Petro, lo que podría complicar la reintegración de los migrantes retornados en un contexto de polarización.

El proceso de “auto-expulsión” y sus implicaciones

Para facilitar este proceso de repatriación voluntaria, la administración ha desarrollado una aplicación móvil llamada “CBP Home”. Kevin Antonio Posadas, un hondureño que vivía en Houston desde hace tres años, explicó a la Associated Press (AP) la sencillez del procedimiento: “Basta con hacer una solicitud y en tres días la tendrás aprobada”. Posadas ya contemplaba regresar a Honduras cuando se anunció esta oferta, motivado principalmente por el deseo de reunirse con su familia.

Entre los migrantes que llegaron voluntariamente a Honduras se encontraban cuatro niños nacidos en Estados Unidos, según informó Antonio García, viceministro de asuntos exteriores hondureño. El gobierno de Honduras ha anunciado que brindará apoyo adicional a estos migrantes retornados mediante:

  • Una ayuda inmediata de $100 en efectivo
  • Un crédito de $200 para compras en tiendas gubernamentales
  • Acceso a programas de reintegración social
  • Asistencia para trámites administrativos

Sin embargo, especialistas como Kathleen Bush-Joseph, analista del Migration Policy Institute, advierten sobre las promesas ambiguas respecto al posible retorno legal a Estados Unidos. “Para muchas personas que abandonan Estados Unidos, es posible que nunca exista una posibilidad legal de volver, o que el retorno esté prohibido durante muchos años”, señaló Heidi Altman, vicepresidenta del National Immigration Law Center.

Beneficios económicos y controversias del programa

Detrás de esta iniciativa existe un evidente cálculo económico. Según datos proporcionados por el Departamento de Seguridad Interior estadounidense, el costo promedio de arrestar, detener y deportar a un extranjero en situación irregular asciende a $17.121. Con este programa de “auto-expulsión”, la administración Trump proyecta reducir los costos de deportación en aproximadamente un 70%.

La siguiente tabla muestra la comparativa de costos entre ambos métodos:

Procedimiento Costo promedio por persona
Deportación tradicional $17.121
Programa de “auto-expulsión” Aproximadamente $5.000 (incluye vuelo y compensación)
Ahorro estimado 70% ($12.121)

Si bien la oferta puede parecer atractiva para algunos migrantes en situación desesperada, organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado preocupación por las verdaderas motivaciones del programa. Críticos argumentan que este mecanismo podría estar presionando indirectamente a personas vulnerables a abandonar el país sin asesoría legal adecuada sobre sus derechos y posibles alternativas para regularizar su situación.

Los defensores de la medida la consideran una solución pragmática que beneficia tanto al gobierno como a los migrantes que ya contemplaban regresar a sus países. Sin embargo, los detractores señalan que podría representar una forma encubierta de deportación que evita el debido proceso legal.

Perspectivas futuras del programa migratorio

Este primer vuelo de 64 migrantes marca el inicio de lo que podría convertirse en un programa de mayor envergadura. La administración Trump ha anunciado planes para expandir esta iniciativa a otros países, considerando particularmente aquellos con altos índices de migración indocumentada hacia Estados Unidos.

Los expertos señalan que el éxito del programa dependerá de varios factores:

  1. El número de migrantes dispuestos a acogerse voluntariamente
  2. La capacidad de los países receptores para reintegrar a sus ciudadanos
  3. La transparencia respecto a las posibilidades reales de retorno legal
  4. La presión internacional y de organizaciones de derechos humanos

En Honduras, el gobierno ha mostrado disposición para colaborar con esta iniciativa, mientras que en Colombia, el panorama político actual podría complicar la implementación efectiva de programas de reinserción para los retornados. La situación refleja la compleja interacción entre políticas migratorias norteamericanas y realidades socioeconómicas latinoamericanas.

Este programa de “auto-expulsión” representa un enfoque novedoso, aunque controvertido, en la gestión migratoria estadounidense. Su impacto real sobre los flujos migratorios y las vidas de miles de personas indocumentadas apenas comienza a vislumbrarse, mientras el debate sobre su efectividad y ética continúa desarrollándose tanto en Estados Unidos como en los países receptores.

María Gómez
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