Colombia : proceso de paz avanza pese a desafĂ­os en zonas de conflicto

Colombia : proceso de paz avanza pese a desafĂ­os en zonas de conflicto

La Colombie traverse une période significative de son histoire, où les avances vers la paix se heurtent aux défis persistants de la violence. Siete años después de la firma del Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC-EP, el país experimenta tanto logros importantes como desafíos complejos en su camino hacia una paz duradera. Este proceso simboliza no solo la transformación interna de Colombia, sino también un modelo para la resolución de conflictos a nivel mundial.

Avances significativos en el proceso de paz colombiano

El representante especial del Secretario General para Colombia, Carlos Ruiz Massieu, ha destacado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas los logros sustanciales alcanzados desde la implementación del acuerdo. La reintegración de aproximadamente 12.000 excombatientes a la vida civil representa uno de los éxitos más tangibles, demostrando que la reconciliación es posible incluso después de décadas de conflicto armado.

La justicia transicional ha constituido otro pilar fundamental en el proceso. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), establecida en 2018, ha logrado avances históricos en la imputación de responsables de los crímenes más graves cometidos durante el conflicto. Este mecanismo innovador prioriza la verdad y la reparación sobre el castigo punitivo tradicional, ofreciendo un modelo que equilibra justicia y reconciliación.

Laura Camila Sarabia Torres, ministra de Relaciones Exteriores, ha reafirmado el compromiso del gobierno del presidente Gustavo Petro: “Hemos trazado una ruta clara: privilegiar el diálogo para obtener resultados tangibles, transformar vidas y arraigar la paz. No se trata simplemente de dialogar por dialogar”.

Los esfuerzos diplomáticos han sido respaldados por un amplio apoyo internacional, como señala Ruiz Massieu: “El ejemplo colombiano demuestra lo que puede lograrse cuando la voluntad de las partes se combina con un amplio respaldo internacional”. Este apoyo ha sido crucial para mantener el compromiso con la paz a pesar de incidentes violentos que siguen ocurriendo en el territorio nacional.

Logros del Acuerdo de Paz Impacto
ReintegraciĂłn de 12.000 excombatientes ReducciĂłn significativa de enfrentamientos armados
Establecimiento de la JEP Avances en justicia transicional y reparaciĂłn a vĂ­ctimas
Apoyo internacional sostenido LegitimaciĂłn del proceso y recursos para su implementaciĂłn

DesafĂ­os persistentes en zonas de conflicto

A pesar de los avances, ciertas regiones colombianas siguen enfrentando una realidad marcada por la violencia. Las zonas del Catatumbo, Cauca y Chocó se han convertido en focos donde la economía ilícita, principalmente el narcotráfico, obstaculiza los esfuerzos de pacificación. Estas áreas económicamente deprimidas continúan siendo escenario de enfrentamientos entre grupos armados ilegales.

En enero de 2023, el Catatumbo, regiĂłn remota del noreste cercana a la frontera con Venezuela, fue testigo de violentos enfrentamientos entre el EjĂ©rcito de LiberaciĂłn Nacional (ELN) y un grupo rival conocido como EMBF (Estado Mayor de los Bloques y Frentes). Estos incidentes han evidenciado lo que Ruiz Massieu describe como “graves vacĂ­os en la implementaciĂłn de la paz”.

La situaciĂłn de seguridad resulta particularmente alarmante para los excombatientes desmovilizados. Desde principios de 2023, 23 antiguos miembros de las FARC-EP han sido asesinados, lo que ha llevado al representante de la ONU a condenar estos homicidios y solicitar un refuerzo en las medidas de protecciĂłn.

Los problemas estructurales que dificultan la implementaciĂłn completa del acuerdo incluyen:

  • Lentitud en la reforma rural integral, destinada a corregir dĂ©cadas de desigualdad en la tenencia de tierras
  • Ineficacia de los programas de sustituciĂłn voluntaria de cultivos de coca
  • Ausencia del Estado en regiones apartadas
  • Persistencia de asesinatos de lĂ­deres sociales
  • Aumento del reclutamiento de menores por grupos armados

La resiliente bĂşsqueda de la paz negociada

A pesar de las dificultades, Colombia mantiene una determinaciĂłn inquebrantable en su bĂşsqueda de paz. Ruiz Massieu ha destacado “la resiliencia, incluso la obstinaciĂłn, de Colombia en su bĂşsqueda de paz mediante soluciones negociadas”. Esta perseverancia constituye quizás el activo más valioso en el complejo panorama actual.

Los retos pendientes son considerables. La implementaciĂłn global de la reforma rural continĂşa por debajo de los objetivos establecidos en el Acuerdo. Los programas de sustituciĂłn de cultivos ilĂ­citos enfrentan limitaciones debido a la falta de seguimiento estatal y al incumplimiento de las promesas de desarrollo alternativo para los campesinos.

El proceso de justicia transicional, aunque avanza, genera expectativas crecientes entre las vĂ­ctimas y la sociedad colombiana, que esperan las primeras sentencias efectivas. Estas expectativas representan tanto un desafĂ­o como una oportunidad para consolidar la legitimidad del proceso.

La comunidad internacional juega un papel fundamental en este momento crĂ­tico. Como señala el jefe de la MisiĂłn de VerificaciĂłn de las Naciones Unidas en Colombia: “Es esencial que la comunidad internacional continĂşe acompañando este proceso frágil pero crucial”. Este respaldo debe materializarse en:

  1. Apoyo polĂ­tico sostenido al cumplimiento integral del Acuerdo de Paz
  2. Recursos para implementar programas de desarrollo en zonas afectadas
  3. Acompañamiento técnico a las instituciones de justicia transicional
  4. Presión diplomática para proteger a excombatientes y líderes sociales

La experiencia colombiana demuestra que la construcción de paz es un proceso no lineal, donde los avances coexisten con retrocesos y donde la voluntad política debe mantenerse firme ante los obstáculos. En este sentido, Colombia no solo busca su propia transformación, sino que ofrece lecciones valiosas sobre cómo las sociedades pueden transitar del conflicto a la convivencia pacífica, incluso cuando la violencia persiste en ciertas regiones.

El horizonte de paz para Colombia sigue siendo tangible, no como una utopĂ­a inalcanzable sino como un camino difĂ­cil pero posible, que requiere tanto la persistencia nacional como el compromiso internacional para superar los desafĂ­os que aĂşn amenazan este proceso histĂłrico de reconciliaciĂłn nacional.

MarĂ­a GĂłmez
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