Protestas campesinas paralizan centro de Bogotá tras tres días de plantón sin acuerdos

Protestas campesinas paralizan centro de Bogotá tras tres días de plantón sin acuerdos

La tensión se incrementa en el corazón de Bogotá mientras cientos de manifestantes campesinos, indígenas y afrodescendientes permanecen acampados en la plaza de Bolívar desde el pasado 12 de mayo. Este miércoles 14 de mayo de 2025 se cumple el tercer día de protestas, con manifestaciones que han paralizado importantes vías del centro capitalino, especialmente en la carrera 10 con calle 19, donde realizan un plantón que ha afectado severamente la movilidad urbana.

Impacto de la guardia campesina en la movilidad bogotana

Las protestas iniciaron temprano este miércoles, cuando a las 6:30 a.m. varios grupos salieron de la plaza de Bolívar para dirigirse hacia la intersección de la carrera 10 con calle 19. Esta movilización ha generado serias alteraciones en el sistema de transporte masivo de la ciudad, obligando a TransMilenio a implementar desvíos significativos para mantener parcialmente su operación.

Según reportes oficiales, los buses troncales han tenido que modificar sus rutas habituales, desviándose en la calle 6 hacia el occidente hasta la avenida Caracas para retomar el norte. Similar situación enfrentan las unidades con dirección sur. Las estaciones San Victorino, Las Nieves y San Diego suspendieron completamente su servicio mientras que las estaciones Avenida Jiménez y Calle 22 lograron restablecer su operación después de cierres temporales.

El impacto en la movilidad se distribuye en varias áreas estratégicas del centro:

  • Bloqueo total en la carrera 10 con calle 19
  • Congestión en vías alternativas por desvíos
  • Suspensión de servicios en estaciones clave de TransMilenio
  • Dificultades para el comercio local de la zona

Estas situaciones han afectado directamente a miles de bogotanos que dependen del transporte público para sus desplazamientos diarios. La intervención del Esmad fue necesaria en protestas anteriores para restablecer la movilidad tras bloqueos similares, sin embargo, hasta ahora las autoridades han optado por el diálogo antes que la fuerza.

Exigencias de las comunidades y avance de negociaciones

Las delegaciones campesinas provienen principalmente de regiones golpeadas por el conflicto armado como Arauca, Caquetá, Meta, Cauca y otros departamentos. Han traído consigo un pliego de peticiones al gobierno del presidente Gustavo Petro que aborda problemáticas estructurales que afectan sus territorios y comunidades.

James Chamorro, vicepresidente de la Asociación Campesina de Huila, expresó con preocupación: “No hubo voluntad por parte de los funcionarios, por lo tanto la comisión política se levantó de la mesa”. Este sentimiento refleja la frustración de los manifestantes ante lo que perciben como falta de compromiso gubernamental con sus demandas.

Las principales exigencias de la guardia campesina incluyen:

Demanda Contexto
Garantías de vida y seguridad Frente a reclutamientos, desplazamientos y secuestros
Derechos territoriales Especialmente para comunidades afrodescendientes
Inversión social Como mecanismo para construir paz territorial
Cumplimiento de acuerdos previos Promesas gubernamentales sin materializar

Las comunidades han manifestado explícitamente su cansancio ante la situación de violencia que enfrentan en sus territorios. “Estamos cansados de vivir en medio de las confrontaciones de los grupos armados”, afirmó contundentemente Chamorro, evidenciando el contexto de inseguridad que motivó la movilización hacia la capital.

Crecimiento del plantón y perspectivas de resolución

Lo que inició con algunas delegaciones campesinas se ha convertido en un movimiento que ya cuenta con más de 500 personas acampando en pleno centro histórico de Bogotá. Las condiciones logísticas del plantón generan preocupación tanto para manifestantes como para autoridades, considerando que existe la expectativa de que lleguen más representantes de comunidades rurales si no se alcanzan acuerdos satisfactorios.

Los líderes han sido claros en que su permanencia en la capital no tiene fecha límite definida. Su postura es firme: no abandonarán Bogotá hasta conseguir compromisos concretos por parte del gobierno nacional. Esta determinación aumenta la presión sobre las autoridades para encontrar soluciones negociadas que atiendan las necesidades planteadas.

Un aspecto crítico de las negociaciones es que los representantes campesinos exigen dialogar directamente con funcionarios gubernamentales que tengan poder de decisión real, capaces de comprometerse con la implementación de sus peticiones sin dilaciones burocráticas. Esta demanda refleja experiencias previas donde los acuerdos no se materializaron por falta de autoridad en los interlocutores oficiales.

Desafíos para una solución sostenible

El escenario actual presenta múltiples retos tanto para el gobierno como para los manifestantes. Por un lado, las autoridades enfrentan la necesidad de atender demandas históricas de comunidades rurales en un contexto de limitaciones presupuestarias. Por otro lado, los campesinos buscan soluciones inmediatas a problemáticas complejas que han persistido durante décadas.

La situación se torna más delicada considerando que estas protestas ocurren en un momento donde diversos conflictos sociales exigen atención gubernamental simultánea. El balance entre mantener la gobernabilidad urbana y atender las justas reclamaciones de las guardias campesinas representa un dilema político de primer orden para la administración de Petro.

Los próximos días serán determinantes para evaluar si las partes logran establecer canales efectivos de diálogo que permitan desactivar esta situación de tensión. Mientras tanto, el centro de Bogotá sigue experimentando las consecuencias de una protesta que refleja problemas estructurales del campo colombiano y la necesidad de políticas públicas que aborden integralmente la realidad rural del país.

Juan Pérez
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