El mundo de las esmeraldas en Colombia volvió a sacudirse el pasado 6 de abril de 2025, cuando Hernando Sánchez, reconocido como el heredero del imperio esmeraldero de Víctor Carranza, fue asesinado por un francotirador en la exclusiva zona norte de Bogotá. Este crimen, ejecutado con precisión militar, ha revelado las tensiones que persisten en este lucrativo sector minero colombiano.
El ascenso de Hernando Sánchez en el imperio esmeraldero
Hernando Sánchez, de 62 años, había consolidado su posición como figura principal en el negocio de las esmeraldas colombianas tras la muerte de Víctor Carranza, considerado históricamente el “Zar de las Esmeraldas”. Según InSight Crime, organización especializada en investigación de crimen organizado latinoamericano, Sánchez se había convertido en el “heredero de facto” del imperio Carranza, asumiendo el control de las zonas mineras más productivas del país.
El poder de Sánchez se centraba particularmente en Santa Rosa, considerada la región más productiva en términos de extracción y comercialización de estas valiosas gemas. Su influencia en el sector lo convirtió inevitablemente en un objetivo de grupos rivales, situación que él mismo había denunciado en varias ocasiones a medios nacionales.
La trayectoria de Sánchez no estuvo exenta de controversias judiciales. A lo largo de su carrera enfrentó procesos por diversos delitos:
- Falsedad en documento privado
- Narcotráfico
- Irregularidades en la comercialización de esmeraldas
- Presuntos vínculos con grupos armados ilegales
En declaraciones anteriores a medios como El Tiempo, Sánchez había manifestado su preocupación por la seguridad de su familia y la suya propia. “Tenemos información de sicarios contratados en Cali, Medellín e incluso militares retirados”, había advertido en una entrevista, anticipando el desenlace fatal que finalmente ocurrió en el exclusivo conjunto residencial Bosques del Marqués.
Detalles del ataque en Usaquén: un asesinato de alta precisión
El domingo 6 de abril, mientras Hernando Sánchez compartía con familiares y amigos en el conjunto residencial Bosques del Marqués, al norte de Bogotá, un disparo certero en el pecho acabó instantáneamente con su vida. Las investigaciones preliminares, reportadas por Noticias Caracol, revelaron que el francotirador habría permanecido oculto en una zona boscosa durante al menos seis horas antes de ejecutar el ataque.
La precisión del disparo indica la participación de un tirador profesional, generando preocupación entre las autoridades por este tipo de ataques en la capital colombiana. Este caso se suma a un sicario que asesinó a un hombre con cinco disparos frente a un gimnasio en Bogotá, demostrando un patrón de violencia selectiva que ha encendido las alarmas en la ciudad.
Giovanni Cristancho, comandante de la Policía de Bogotá, estableció una posible conexión entre el asesinato de Sánchez y la muerte previa de Juan Sebastián Aguilar, conocido como “Pedro Pechuga”, quien supuestamente se encargaba de la seguridad del esmeraldero. Esta relación sugiere una compleja red de venganzas en el sector.
Características del ataque | Detalles |
---|---|
Fecha y hora | 6 de abril de 2025, horas de la tarde |
Ubicación | Conjunto Bosques del Marqués, Usaquén, Bogotá |
Método | Disparo de francotirador desde zona boscosa |
Preparación | Aproximadamente 6 horas de espera |
Posible móvil | Disputas por control del sector esmeraldero |
La historia de violencia que persiguió a Sánchez
El ataque del 6 de abril no fue el primer intento contra la vida de Hernando Sánchez. El 10 de octubre de 2012, Sánchez sobrevivió milagrosamente a un atentado en el norte de Bogotá donde recibió nueve impactos de bala. En aquella ocasión, describió el ataque a El Tiempo: “Lo único que vi fue al sicario detrás de mí. Cuando comenzó a disparar, quedé bloqueado, los tiros entraban por mi espalda.”
Tras ese atentado, Sánchez denunció la existencia de una lista de líderes esmeralderos amenazados. Según sus declaraciones, estas amenazas provenían de sectores que buscaban desestabilizar la paz alcanzada en el sector hace más de dos décadas con la mediación de Víctor Carranza.
Los conflictos en el sector esmeraldero colombiano tienen profundas raíces históricas. Las disputas por el control de las minas han generado ciclos de violencia durante décadas, conocidos como “guerras verdes”. Estos conflictos involucran:
- Enfrentamientos entre familias tradicionalmente vinculadas a la minería
- Infiltración de grupos armados ilegales
- Disputas por territorio y recursos
- Conflictos por la comercialización internacional de las gemas
- Rivalidades personales entre los principales líderes del sector
Reacciones y preocupación institucional por la violencia en Bogotá
El asesinato de Hernando Sánchez generó reacciones inmediatas de las autoridades locales. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, expresó su preocupación por la recurrencia de este tipo de ataques en el norte de la ciudad. “Ustedes saben que el tema del sector de las esmeraldas ha tenido hechos de violencia en el pasado y ha habido enfrentamientos constantes entre quienes se dedican a este negocio”, explicó Galán en rueda de prensa.
Según investigaciones de InSight Crime, parte de las tensiones que llevaron al asesinato de Sánchez podrían estar relacionadas con deudas por la compra de acciones en la Mina Cunas, un importante yacimiento que abastece a Santa Rosa. El poder acumulado por Sánchez tras la muerte de Carranza lo convirtió en blanco de grupos rivales interesados en controlar este lucrativo negocio.
La muerte de Hernando Sánchez representa un nuevo capítulo en la historia de violencia que ha caracterizado el negocio de las esmeraldas en Colombia. A pesar de los intentos por formalizar y pacificar este sector, las disputas por control territorial, poder y recursos continúan manifestándose de manera violenta, ahora con técnicas más sofisticadas que evidencian la evolución de estas organizaciones criminales.