La arquitectura sostenible está encontrando su máxima expresión en las montañas colombianas, donde las construcciones sobre pilotes representan una solución perfecta para habitar en armonía con la naturaleza. En Barichara, un pequeño pueblo anclado en los Andes del noreste de Colombia, la arquitecta Natalia Rey ha creado un refugio que se integra perfectamente con el entorno natural, respetando los ciclos del agua y la flora autóctona. Este proyecto demuestra cómo la arquitectura moderna puede coexistir con ecosistemas frágiles sin alterarlos.
Un refugio elevado en la naturaleza colombiana
La Casa La Palmita se erige majestuosa sobre pilotes en las laderas montañosas de Barichara, rodeada por el impresionante paisaje del parque nacional natural de la Serranía de los Yariguíes. Esta decisión arquitectónica no fue casual: los pilotes permiten que la vivienda se adapte al terreno escarpado y, más importante aún, respetan los cursos naturales del agua que fluyen por debajo. A pocos metros de la casa, un arroyo desciende hasta convertirse en la cascada La Paramera, un icono natural de la región.
La terraza envolvente ofrece vistas panorámicas de 360 grados sobre los bosques tropicales secos que caracterizan esta zona. Anteriormente destinados a la ganadería, estos terrenos son ahora parte de un proyecto de reforestación y ecoturismo que representa una alternativa sostenible para la economía local, incluyendo una pequeña producción de café.
Con sus 100 metros cuadrados distribuidos en dos habitaciones, dos baños, una cocina abierta y un espacio de trabajo, la casa cumple perfectamente con su función: ser un refugio donde su propietario, un amante de la escalada y la naturaleza descrito por Rey como un “nómada”, puede reconectar con el entorno después de sus viajes.
Técnicas constructivas ancestrales para un hogar contemporáneo
La construcción de esta vivienda sobre pilotis representa un profundo respeto por las tradiciones locales. “En Barichara, la tradición es construir con la tierra”, explica Natalia Rey, quien lleva más de una década aprendiendo y aplicando técnicas vernáculas. El proceso comenzó con la erección de una estructura a base de colombages, un método constructivo donde los muros descansan sobre un armazón de madera rodeado de cañas.
Esta técnica, conocida localmente como “bahareque” (que significa entrelazado y arcilla), proporciona una base sólida pero flexible, ideal para zonas con condiciones climáticas variables. Sobre esta estructura, se aplicó un revoque natural compuesto de:
- Tierra local extraída responsablemente
- Arena fina para proporcionar estructura
- Caliza molida que aporta resistencia
- Estiércol de caballo como aglutinante natural
A diferencia de muchas construcciones tradicionales de la zona que suelen cubrirse con cal blanca, Rey optó por dejar el acabado natural, preservando el cálido tono terroso que integra visualmente la casa con el paisaje circundante. Este enfoque no solo realza la belleza estética de los materiales naturales, sino que también reduce significativamente la huella ecológica de la construcción.
| Material | Origen | Función |
|---|---|---|
| Madera recuperada | Local | Estructura principal y vigas |
| Caña/Bambú | Cultivos sostenibles | Entramado de paredes |
| Revoque natural | Materiales del entorno | Acabado de muros |
| Ratán | Artesanía regional | Elementos decorativos |
Diseño minimalista inspirado por los ciclos del agua
La inspiración principal para el diseño de Casa La Palmita proviene del agua, un elemento escaso y valioso en Colombia. “Este lugar me enseñó que el agua obedece a sus propias reglas”, reflexiona la arquitecta bogotana. “Las lluvias pueden ser torrenciales, pero también hay períodos de sequía. Los ciclos son cambiantes pero muy marcados”. Esta observación influyó decisivamente en la concepción de una vivienda que respeta y se adapta a estos ritmos naturales en lugar de imponerse sobre ellos.
El interior refleja un minimalismo acogedor donde cada elemento tiene un propósito. Desde la cocina, estratégicamente ubicada para ofrecer vistas al bosque mientras se escucha el murmullo del arroyo cercano, hasta las habitaciones decoradas con ratán y textiles con bordados florales que aportan calidez. Los espacios están pensados para abrazar al habitante, creando un ambiente reconfortante tras largos períodos de viaje.
El baño, aunque compacto, está cuidadosamente diseñado con un espejo y un lavamanos con almacenamiento integrado. Esta simplicidad refleja la filosofía de la casa: proporcionar todo lo necesario sin excesos, manteniendo la atención en el verdadero protagonista: el entorno natural.
La armonía entre arquitectura moderna y naturaleza ancestral
Lo que hace especial a este proyecto es cómo equilibra las necesidades contemporáneas con el respeto por el ecosistema. Natalia Rey recibió carta blanca de su cliente, cuyo único requisito era crear un espacio donde pudiera recuperarse después de sus viajes. El resultado es una vivienda que parece flotar entre las montañas andinas, mimetizándose con el paisaje y permitiendo que la naturaleza siga su curso por debajo y alrededor de ella.
Esta casa sobre pilotes en Colombia representa más que una simple estructura habitacional; es un manifiesto arquitectónico sobre cómo podemos habitar espacios naturales privilegiados sin dañarlos. En un momento en que la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad, proyectos como Casa La Palmita marcan el camino hacia un futuro donde arquitectura y naturaleza no solo coexisten, sino que se potencian mutuamente.
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