Crisis migratoria en Colombia : el impacto de los recortes de Trump en La Pista

Crisis migratoria en Colombia : el impacto de los recortes de Trump en La Pista

En la frontera norte de Colombia, un drama humanitario se despliega bajo el sol abrasador del desierto de La Guajira. El campamento de La Pista, establecido sobre una antigua pista de aterrizaje en Maicao, se ha convertido en hogar improvisado para miles de migrantes venezolanos y pobladores indígenas wayuu. Esta situación, ya crítica, enfrenta ahora un nuevo desafío: los recientes recortes presupuestarios impuestos por la administración Trump que han dejado a esta población vulnerable en una situación aún más precaria.

La vida en el desierto: entre supervivencia y desesperanza

El panorama en La Pista revela la cruda realidad de quienes lo habitan. Entre 10.000 y 14.000 personas sobreviven en este laberinto de caminos polvorientos y cabañas improvisadas de láminas onduladas. Sin acceso a agua potable ni servicios sanitarios, las familias enfrentan condiciones extremas cada día.

“Todo me falta, porque nada aquí me pertenece”, expresa una joven venezolana de 20 años que comparte una precaria vivienda con su hijo de cinco años, quien sufre parálisis debido a una encefalopatía. Sus aspiraciones se limitan a conseguir un trabajo que le permita ofrecer un hogar digno a su pequeño.

La Guajira, segunda región más pobre de Colombia, depende en gran medida de la asistencia humanitaria para sobrevivir. La desnutrición infantil es un problema endémico que afecta tanto a migrantes como a comunidades indígenas wayuu que claman por auxilio urgente, situación que ha motivado a diversas organizaciones a intervenir.

El suministro de agua representa uno de los desafíos más críticos. Los habitantes dependen de vendedores que transportan agua salina en burros para sus necesidades diarias, mientras esperan la llegada semanal de camiones cisternas con agua potable proporcionada por el gobierno colombiano.

Problema Situación antes de recortes Situación actual
Presencia de ONG 28 organizaciones activas Solo 3 continúan operando
Programas alimentarios Suplementos nutricionales y ayudas Servicios reducidos o eliminados
Apoyo económico Subsidios para familias seleccionadas Programas suspendidos

El impacto devastador de los recortes presupuestarios

La situación en Maicao ha empeorado dramáticamente tras la decisión del presidente Donald Trump de desmantelar la USAID, agencia estadounidense que gestionaba un fondo equivalente al 42% de la ayuda humanitaria mundial. Esta medida ha provocado un colapso en la red de asistencia que sostenía a miles de personas vulnerables.

De las 28 ONG que operaban en Maicao el año pasado, actualmente solo tres mantienen sus actividades. El alcalde Miguel Aragon, de 37 años, describe esta situación como “un choque” que deja a la ciudad de 160.000 habitantes prácticamente desamparada. “Hoy nos sentimos solos”, lamenta la autoridad local.

Las consecuencias de estos recortes se materializan en historias como la de Luz Marina, una indígena wayuu de 40 años que habita en La Pista. Su hijo de cinco años había mostrado una notable mejoría gracias a los suplementos alimenticios proporcionados por Save the Children, pero ahora enfrenta la incertidumbre tras la suspensión de un programa de ayuda financiera para el cual había sido seleccionada.

“No recibí nada, era algo que realmente necesitaba”, cuenta con ojos llorosos esta madre que sobrevive gracias a lo que su esposo gana clasificando desechos.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la decisión de Trump pone en peligro años de progreso en la protección de desplazados, creando un vacío asistencial difícil de llenar en el corto plazo.

Riesgos sociales y amenazas futuras

Los efectos de la crisis humanitaria en La Pista trascienden las necesidades inmediatas. Maria Mercedes Liévano, directora de Save the Children en Colombia, advierte sobre el creciente riesgo de reclutamiento de menores por grupos criminales ante el abandono de proyectos humanitarios.

La organización se vio obligada a cerrar un taller de actividades culturales tras sufrir un recorte del 40% en su presupuesto. Este espacio había sido fundamental para jóvenes como Michelle, una niña de 13 años que encontró en el canto una forma de expresión. Hoy se siente “encadenada, incapaz de liberar” lo que tiene “en su interior”.

Las amenazas que enfrenta esta población vulnerable incluyen:

  • Deterioro en las condiciones sanitarias por falta de acceso a agua potable
  • Aumento de la desnutrición infantil en comunidades ya afectadas
  • Incremento de actividades ilícitas y reclutamiento de menores
  • Empeoramiento de las condiciones de salud por la reducción de servicios médicos
  • Desestabilización social en una región fronteriza ya volátil

El futuro para los habitantes de La Pista es incierto. La combinación de pobreza extrema, un conflicto interno que persiste desde hace seis décadas y la reducción drástica de la ayuda internacional configura un escenario alarmante para miles de familias atrapadas entre la migración forzada y la vulnerabilidad histórica.

“Tener que dar la espalda a las personas que hemos apoyado es muy difícil”, confiesa Liévano, reflejando el sentimiento de impotencia que comparten quienes trabajan en el terreno mientras ven desmoronarse años de esfuerzos humanitarios por decisiones políticas tomadas a miles de kilómetros de distancia.

María Gómez
Scroll to Top