Disturbios y vandalismo sacuden marcha feminista en Bogotá : ¿Qué sucedió ?

Disturbios y vandalismo sacuden marcha feminista en Bogotá : ¿Qué sucedió ?

Los disturbios y actos vandálicos que sacudieron la marcha feminista en Bogotá el pasado 8 de marzo de 2025 han generado un intenso debate sobre el derecho a la protesta y los límites de la manifestación pacífica. Lo que comenzó como una conmemoración del Día Internacional de la Mujer se vio empañado por incidentes violentos que dejaron daños en infraestructura pública y privada, así como enfrentamientos con las autoridades.

Cronología de los hechos: del diálogo a la confrontación

La jornada del 8M en la capital colombiana inició con expectativas de una movilización pacífica. La Secretaría Distrital de Gobierno había anunciado medidas para garantizar la seguridad de los participantes y fortalecer el derecho a la protesta. Entre las acciones implementadas se destacaron:

  • Capacitaciones con enfoque de género para la fuerza pública
  • Recorridos de verificación para identificar riesgos potenciales
  • Mejoras en la iluminación de las rutas de movilización
  • Mantenimiento de luminarias y alcantarillas en los trayectos
  • Sensibilización sobre el impacto de las violencias de género en contextos de protesta

Sin embargo, a medida que avanzaba la marcha, grupos de manifestantes comenzaron a protagonizar actos de vandalismo en el centro de Bogotá. La situación escaló rápidamente, dejando un saldo de daños considerables en diferentes puntos de la ciudad.

Impacto en la infraestructura y el patrimonio cultural

Los actos vandálicos se extendieron por varias zonas del centro bogotano, afectando tanto a la infraestructura pública como a establecimientos privados. El sistema de transporte público fue uno de los principales blancos de los ataques, con daños reportados en estaciones y buses de TransMilenio, particularmente en el tramo de la carrera Séptima entre las calles 22 y 26.

Además de los daños al transporte, se registraron:

  • Grafitis en fachadas de edificios y comercios
  • Rotura de vidrios en locales comerciales
  • Vandalización de monumentos históricos

Uno de los incidentes más controversiales fue el ataque al monumento de Luis Carlos Galán, ubicado en la plazoleta del Concejo de Bogotá. Un grupo de manifestantes prendió fuego alrededor de la estatua, generando preocupación por la seguridad en el lugar y críticas al gobierno local por la aparente falta de control.

Reacciones y llamados a la reflexión

El Concejo de Bogotá emitió un comunicado expresando su reconocimiento a la lucha feminista contra las desigualdades y la vulneración de los derechos de las mujeres. Sin embargo, rechazó enfáticamente los actos vandálicos perpetrados contra el monumento de Galán, recordando su papel como defensor de los derechos de las mujeres desde su actividad política.

El concejal David Saavedra declaró: “Vandalizar su imagen es tan absurdo como destruir la infraestructura y el patrimonio cultural de la ciudad”. Este sentimiento fue compartido por otros líderes políticos y sociales, quienes hicieron un llamado a la reflexión sobre los métodos de protesta y la importancia de preservar el espacio público.

La violencia durante la marcha feminista contrasta fuertemente con los objetivos de igualdad y respeto que el movimiento promueve. Es crucial recordar que la lucha por los derechos de las mujeres incluye combatir todas las formas de violencia, como los intentos de feminicidio que aún ocurren en la ciudad.

Balance de la jornada y desafíos futuros

A pesar de los incidentes, es importante contextualizar la magnitud de la participación en las marchas del 8M en Bogotá. En los últimos años, la asistencia ha sido significativa:

Año Número de participantes
2022 10.000
2023 4.000
2024 6.000

Estos números reflejan el creciente interés y compromiso de la ciudadanía con la causa feminista. Sin embargo, los eventos de 2025 plantean importantes desafíos para el futuro de las movilizaciones sociales en la capital colombiana.

La Secretaría de Gobierno enfrenta ahora la tarea de reevaluar sus estrategias de diálogo y prevención. El trabajo de las gestoras de diálogo, aunque valorado por las autoridades como fundamental para garantizar una “ciudad en paz”, no logró evitar completamente los disturbios. Esto sugiere la necesidad de fortalecer los mecanismos de mediación y construir puentes más sólidos entre las instituciones y los colectivos feministas.

Reflexiones sobre el activismo y la protesta pacífica

Los eventos del 8M en Bogotá han reavivado el debate sobre los límites entre la protesta legítima y los actos de vandalismo. Muchos activistas y líderes del movimiento feminista han expresado su preocupación por cómo estos incidentes pueden afectar la percepción pública de su causa. Argumentan que la violencia y la destrucción de propiedad pública no solo son contraproducentes para sus objetivos, sino que también desvían la atención de los temas cruciales que buscan abordar.

Por otro lado, algunos sectores defienden que la radicalización de las protestas es una respuesta a la falta de avances significativos en materia de derechos de las mujeres y a la persistencia de la violencia de género en la sociedad colombiana. Este conflicto de visiones plantea un desafío importante para el movimiento feminista en su conjunto, que debe encontrar formas efectivas de hacer oír su voz sin alienar al público general o dar argumentos a sus detractores.

En última instancia, el incidente del 8M en Bogotá sirve como un llamado a la reflexión para todos los actores involucrados. Autoridades, activistas y ciudadanía en general deben trabajar juntos para encontrar un equilibrio entre el derecho a la protesta y la preservación del orden público. Solo a través del diálogo constructivo y el respeto mutuo se podrán abordar las desigualdades de género y construir una sociedad más justa para todos.

Juan Pérez
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