Gracias a las redes sociales, Karen de Edern encuentra a su familia biológica en Colombia

Gracias a las redes sociales, Karen de Edern encuentra a su familia biológica en Colombia

En el mundo digital actual, las redes sociales han transformado la manera en que nos conectamos con los demás. Para Karen Le Bihan, una mujer de 33 años que reside en Edern, estos canales digitales se convirtieron en la herramienta que le permitió reconstruir su historia familiar y descubrir sus raíces colombianas tras años de búsqueda. Su historia es un potente testimonio de perseverancia y del poder de la tecnología para unir personas separadas por circunstancias de vida complejas.

El camino de Karen: de Cartagena a Bretaña

Karen Le Bihan llegó a la región francesa de Côtes-d’Armor en 1995, cuando apenas tenía tres años y medio. Sus padres adoptivos, un matrimonio de bretones, habían esperado cinco años para completar el proceso de adopción a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). La pequeña Karen creció en Paule, una localidad situada entre Carhaix y Rostrenen, donde sus padres adoptivos nunca le ocultaron sus orígenes.

Durante su adolescencia, sus preguntas sobre su historia personal se intensificaron. “Mis padres me entregaron mi expediente de adopción cuando comencé a hacer más preguntas”, recuerda Karen. En esos documentos descubrió algunos detalles fundamentales: había nacido en Cartagena de Indias y su madre biológica, Martha Cécilia Chiquillo Rojas, tenía apenas 16 años cuando dio a luz.

La información del expediente revelaba que su madre sufría de epilepsia y atravesaba dificultades económicas. Martha había cuidado de Karen durante sus primeros cuatro meses antes de que fuera entregada a una familia de acogida. Sin embargo, el expediente no contenía fotografías ni la dirección de su madre biológica, tampoco mencionaba datos sobre su padre.

“Encontré muy frustrante no ver ninguna foto. Presenté solicitudes al ICBF, pero sin respuesta. Tenía muchas preguntas sin responder, me sentía incompleta”, explica Karen sobre aquella primera aproximación a sus orígenes.

Reactivación de la búsqueda impulsada por la curiosidad filial

Después de una pausa de ocho años en sus indagaciones, Karen decidió retomar la búsqueda de sus orígenes el año pasado, motivada por las preguntas de su hijo Alexis, de 7 años. Las inquietudes del pequeño sobre el color de piel y el cabello de su madre despertaron en Karen una renovada determinación.

“No estaba en mis planes, pero Alexis me preguntaba constantemente sobre mi apariencia física. Entonces retomé las investigaciones con mayor determinación”, comenta Karen. Su metodología se volvió más sofisticada y exhaustiva:

  • Exploración intensiva de redes sociales
  • Participación en grupos especializados de Facebook
  • Contacto con trabajadores sociales en Colombia
  • Nuevas solicitudes al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

Durante este proceso, Karen pasó innumerables noches frente a su ordenador buscando cualquier pista que pudiera conducirla a su familia biológica. Una amiga le proporcionó ayuda invaluable con las traducciones, facilitando su comunicación con contactos colombianos.

Sus esfuerzos finalmente dieron fruto cuando logró establecer comunicación con algunos familiares de su madre a través de una trabajadora social. Poco a poco, fue ampliando su red de contactos: una tía, varios primos e incluso vecinos que habían conocido a Martha.

Descubrimientos que transforman: la verdad sobre Martha

La primera noticia que recibió Karen fue impactante: su madre biológica había fallecido en 2007, a la edad de 32 años. “Era precisamente el año en que realicé mis primeras investigaciones a los 14 años”, lamenta Karen con un suspiro de tristeza ante la oportunidad perdida.

A través de conversaciones con los familiares de Martha, Karen pudo reconstruir fragmentos importantes de la vida de su madre biológica:

Aspecto Detalles descubiertos
Lugar de residencia Barrio El Pozón, en un asentamiento informal de Cartagena
Situación familiar Vivía en casa de su padre (fallecido hace seis años)
Condición de salud Epilepsia (misma condición que afecta a la hija menor de Karen)
Circunstancias de la separación No fue una decisión voluntaria sino forzada por su enfermedad

Uno de los descubrimientos más conmovedores para Karen fue saber que su madre nunca la olvidó. Martha enviaba pequeñas muñecas por cada cumpleaños de Karen y hablaba frecuentemente de su hija con sus conocidos. “Todos me dicen que me parezco mucho a ella”, comenta Karen con una sonrisa de alivio.

La información sobre su padre biológico sigue siendo un misterio, y Karen aún no ha conseguido encontrar fotografías de Martha. Sin embargo, los detalles que ha podido recopilar han transformado su perspectiva. “Al principio duele, pero al menos tengo respuestas. A veces le guardaba rencor por haberme abandonado. Lo que he descubierto explica muchas cosas sobre mí, como mi dificultad para confiar el cuidado de mis hijos a otros y mi miedo a los servicios sociales”.

Un capítulo nuevo en la vida de Karen

Hoy, Karen contempla la posibilidad de viajar a Colombia para conocer personalmente a su familia biológica y los lugares donde vivió su madre. Sus padres adoptivos han mostrado su apoyo y felicidad por los descubrimientos que ha realizado su hija.

Consciente del valor de su experiencia, Karen se ha ofrecido a ayudar a otras personas adoptadas que buscan información sobre sus orígenes. Su correo electrónico, karen.lebihan999@gmail.com, está disponible para quienes necesiten orientación en procesos similares.

“Mi testimonio puede servir para comprender que no hay que dudar en buscar o pedir ayuda. Aunque conocer la verdad pueda ser doloroso, como en mi caso, ayuda a avanzar. Vivir con preguntas no siempre es fácil”, reflexiona Karen, que ha encontrado cierta paz al conocer más sobre su historia personal.

El caso de Karen demuestra cómo las herramientas digitales pueden ser aliadas poderosas en la búsqueda de respuestas sobre nuestras raíces. La tecnología que conecta a millones de personas cada día también puede reconstruir lazos familiares rotos y ayudar a completar historias personales inconclusas, incluso cuando océanos y continentes separan a sus protagonistas.

María Gómez
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