Moquillo humano : ¿pueden las personas contraer esta enfermedad canina ? Síntomas y realidad

Moquillo humano : ¿pueden las personas contraer esta enfermedad canina ? Síntomas y realidad

El moquillo canino es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a perros y otros animales. Sin embargo, existe cierta confusión sobre si esta enfermedad puede transmitirse a humanos, lo que ha generado preocupación entre dueños de mascotas. Aclaremos los hechos sobre el moquillo en humanos y separemos la realidad de los mitos.

¿Qué es el moquillo canino y cómo se transmite?

El moquillo canino, también conocido como distemper canino, es una enfermedad viral causada por un morbillivirus que afecta principalmente a perros y otros mamíferos como zorros, lobos y hurones. Este virus está relacionado con el sarampión humano, pero son patógenos diferentes.

La transmisión entre animales ocurre principalmente a través de secreciones respiratorias, orina y heces de animales infectados. El virus es altamente contagioso entre cánidos, pero aquí viene la pregunta crucial: ¿puede este virus saltar la barrera entre especies y afectar a los humanos?

Los expertos en salud pública confirman que, a diferencia de otras enfermedades zoonóticas como la rabia que sí pueden transmitirse a personas, el virus del moquillo canino no representa un riesgo directo para la salud humana. Nuestros sistemas inmunológicos y diferencias genéticas nos protegen de esta infección específica.

Es importante conocer los riesgos reales de transmisión de enfermedades, ya que algunas pueden ser mortales. Por ejemplo, la exposición a metales altamente tóxicos puede causar graves problemas de salud e incluso la muerte, como se ha documentado en casos recientes.

Síntomas confundidos con moquillo en personas

A pesar de que el moquillo canino no afecta a humanos, existen síntomas respiratorios y generales que a veces se confunden erróneamente con esta enfermedad. Los síntomas que pueden generar confusión incluyen:

  • Fiebre y malestar general
  • Secreción nasal y tos
  • Fatiga y debilidad
  • Irritación ocular con posible secreción
  • Síntomas gastrointestinales como náuseas o diarrea

Estos síntomas generalmente corresponden a infecciones respiratorias comunes en humanos como resfriados, gripe o incluso COVID-19, no al moquillo canino. Si experimentas estos síntomas, es recomendable consultar a un médico para un diagnóstico adecuado.

En ocasiones, personas que han estado en contacto con perros enfermos atribuyen erróneamente sus síntomas al moquillo, cuando en realidad podrían estar experimentando alergias a los animales o haber contraído otra enfermedad coincidentemente.

Enfermedades caninas que sí afectan a humanos

Aunque el moquillo no se transmite a humanos, existen otras enfermedades caninas que sí pueden afectarnos. Es importante conocerlas para tomar las precauciones adecuadas:

Enfermedad Agente causal Modo de transmisión Riesgo para humanos
Rabia Virus rábico Mordeduras, saliva Alto (potencialmente mortal)
Leptospirosis Bacteria Leptospira Orina, agua contaminada Moderado a alto
Sarna Ácaro Sarcoptes scabiei Contacto directo Moderado
Giardiasis Parásito Giardia Fecal-oral Moderado

La prevención de enfermedades zoonóticas incluye mantener a las mascotas con sus vacunas al día, desparasitarlas regularmente, practicar una buena higiene después del contacto con animales y buscar atención veterinaria inmediata cuando muestren signos de enfermedad.

Protección de mascotas y dueños

Aunque no necesitamos preocuparnos por contraer moquillo de nuestras mascotas, sí debemos protegerlas de esta enfermedad potencialmente mortal para ellas. La vacunación regular es la medida preventiva más efectiva contra el moquillo canino.

Los veterinarios recomiendan seguir un calendario de vacunación adecuado que incluya la vacuna contra el moquillo, comenzando cuando los cachorros tienen aproximadamente 6-8 semanas de edad, con refuerzos periódicos durante toda la vida del animal.

Mantener prácticas higiénicas adecuadas beneficia tanto a mascotas como a dueños, reduciendo la transmisión de patógenos que sí pueden afectar a ambos. Esto incluye lavarse las manos después de manipular a las mascotas, limpiar regularmente sus áreas de descanso y alimentos, y mantener al día su salud preventiva.

Luis Rodríguez
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